viernes, 30 de octubre de 2009

El viaje del traficante



¿Realmente el traficante de sal vendió toda su hacienda para transportar el barco a través de la montaña?
Si ese día la ceniza volcánica no hubiera cegado el bosque habría llegado a tiempo a Arequipia. Junto a una docena de hombres perdió lo poco que le quedaba en la bodega. Se bebió casi su cuerpo consumido en la trama del lino . Derramados el sudor y la lluvia en el anís dulce sobre la mesa. La nave aproximándose a la cumbre antes de que llegara la niebla. Si Patty Ice lo hubiera visto, si hubiera visto lo hermoso que fue el fracaso.

Cherry


Cherry es una mentirosa, dice que fue una de las niñas amigas de Dodgson . Un día llegó andando hasta la puerta de su casa en Daresbury y él la fotografió sentada sobre unas cajas chinas. Contó que robaba por las noches el café para inventar en la pared caracteres orientales, y algunas veces , aprovechando un desconchado en el yeso , una sombra, un clavo olvidado, pintaba un templo junto al lago devorado por las higueras, aves posadas sobre las ramas de un yingkesong atrapado en la roca, farolillos y bambú, montañas. Explicaba que todo lo que pintaba eran cosas y lugares ignotos para ella. Que Dodgson fotografiaba ojos de niñas amigas donde estaban guardados los viajes futuros y el miedo invadía la luz de las horas frente a su cámara oscura. Y cómo cada día el trazo del café fue ocultándose bajo otra luz, haciendo desaparecer el templo del lago y todo lo que nunca vieron sus ojos.

Olvido Express


Olvido Express murió bajo una lluvía de piedras en Yonge Street, cerca de Rainy River. Aquella mañana fue fría . Desayunó un café muy cargado y dudó si acompañarlo con una tostada. Decidió no pedirla ,pues le costaba abrocharse el pantalón gris marengo de la temporada pasada . Las piedras descendieron sobre ella como
en un fino aguacero, con una verticalidad perfecta , ni un ápice de viento. A la altura del número 1600 en Yonge Street, grises , se las vió caer.
Olvido Express viajó una vez hacia el sur y atravesó nubes y claros de una intermitencia inusitada. Paró el coche en el arcén y bajó a comprobar cómo en un punto de la carretera el alquitrán estaba empapado por la llovizna , dibujando una frontera árida donde la nube se extinguía. Se agachó para acariciar con la mano la línea con la que el tiempo caprichoso dividia el asfalto.
Antes de perderse bajo el chubasco mineral me miró para decirme que en aquel viaje que hizo al sur una parte de la vía era seca y gris perla, la otra húmeda y gris marengo, como su pantalón.

El viaje del traficante


Entre la multitud podría encontrarse el traductor. Shangai es un universo lleno de hormigas de carne y hueso. La cámara del traficante de sal escoge el instante en el que Jian Shuo WANG fotografía el almacen Starbucks en el corazón del área del jardín de Yu Yuan.
Jian Shou Wang conoció a un hombre llamado invierno que había visitado 3686 almacenes norteamericanos y 114 almacenes británicos . Y esto le dió la idea para fotografiar todos los Starbucks de Shangai: almacén del centro del Kerry, almacen de Lippo, Xin Tian di store, almacen de Citic, almacen de Hong Xiang, almacen del parque de gente, almacen de Yu Yuan...
Arrastrado por una idea en círculo, el traficante se acordó de las palabras de Auggie Wren : Mañana y mañana y mañana - murmuró entre dientes -, el tiempo avanza con pasos menudos y cautelosos.
...en la esquina de la Avenida Atlantic y la calle Clinton, exactamente a las siete , mañana y mañana y mañana. Una fotografía.Y antes, en la plaza de la ópera, un autobus Madeleine-Bastille, transformado en un coche fúnebre, mañana y mañana y mañana.
El traficante de sal le pidió a JianShou Wang que le enseñara la caja de cartón con los doce álbunes negros y decidió quedarse todo el invierno en Shangai , escrutando despacio aquellas fotografías, por si en alguna aparecía el traductor.

El extraño caso de Lerie Lake


Mejor traémelo muerto, Patty, mejor muerto que vivo.
El traficante de sal no estaba seguro de que le dejaran visitar a Patty , no pudiendo justificar ningún lazo familiar y sabiendo que ella en numerosas ocasiones no lo había reconocido.
Cuando entró estaban las dos en el jardín , Patty Ice y Lerie Lake, una sentada frente a la otra, hablándose sin verse.
Mejor traémelo muerto, Patty, mejor muerto que vivo, creyó escuchar que decía Lerie.
Se había criado en California y un día cualquiera cambió su afición por el surf por pescar un pez piedra. Larie Lake hablaba de la edad de los peces como antes de las olas, también como una obsesión, también como la resaca que acudía y se retiraba en su frente en forma de locura.Todos los días desde entonces, desde ese día cualquiera, hacía casi lo mismo que cuando estaba cuerda.Bajaba también a la playa por el sendero y desde allí al puerto donde se colaba en el camarote de algún pesquero.
Mejor traémelo muerto, Patty, mejor muerto que vivo.

El lápiz del traductor


El lápiz del traductor es hexagonal, es verde, no se diferencia a lo lejos de un lápiz normal, pero cuando lo tienes entre los dedos ves que su mina es transparente. Le falta un centímetro de madera y mina que debió perderse con las primeras y únicas palabras ciegas que escribió el traductor sobre una hoja en blanco ,sentado sobre la rama de un árbol en algún jardín. Sobre su extremo apuntado se pueden ver las marcas irregulares del cuchillo que lo afiló. Patty Ice cuenta al vocero y al estratega que el traductor salió una mañana a buscar el árbol de donde se cortó la rama para fabricar el lápiz. Que no podía encontrarse en los bosques , que un lápiz de un traductor tenía que provenir de un jardín. Que no había naturaleza en las palabras que se transladan y enmudecen la memoria de las originales. Que el origen del viaje es el artificio. Que el traductor fue honesto y después de un centímetro de mina se quedó quieto.

Valeria


El cuerpo se ha abierto por donde no debiera, me cuenta Valeria observando mi perfil de colina , esas mismas que asoman por la ventana , desde siempre. El cuerpo se ha abierto, me dice Valeria , y es por ahí por donde se escapa la vida. Cuando era niña Valeria vió una película de la metro de los años treinta. Pensó entonces que veía el mundo a color porque no había alcanzado el mágico estatus de los adultos, Aquel en el que flotaban las muselinas en los balcones abiertos al verano , de balaustradas lunares ahuyentando la oscuridad de la noche, los mármoles con sonido a claqué, la vida explotando en pequeños cristales en los salones, y los adultos.., esas mujeres de luz nacidas de los velos , las ondas perfectas sobre las frentes blancas, y los hombres.., tan príncipes…Valeria me dijo estar convencida de que al llegar a su mayoría de edad despertaría una mañana y vería el mundo en blanco y negro. Que habría entonces ganado el derecho a ver ese secreto paraíso que entonces tenía vetado y se le anunciaba en una pantalla, como una promesa fechada. Cuando seas mayor…El mundo es a color, le dijo un día a su marido, el mundo se ha abierto por donde no debiera y es por ahí por donde se escapa la vida.

Cherry


Cherry es una mentirosa, dice que durmió durante un año en el tercer piso de un edificio en Shibam, la Manhattan del desierto. Cuenta también que amó a todos los hombres que allí habitaron. Que en la noche cerrada no veía sus rostros pero reconocía la identidad de cada uno de ellos cuando acariciaba las venas de sus brazos. Que reptaba por sus piernas hasta alcanzar labios, nariz, ojos, que leía con sus bocas como si fueran escritura braille. Y leía tendido su cuerpo desnudo sobre el de ellos : la forma de las serpientes en los autobuses de Yemen, que no he visto porque estoy en un tercer piso de un edificio en Shibam, las noches de todo un año, y ya nunca podré encontrarme con Raymond Quenou y Boris Vian, con los que quedé para que cosieran un botón en el último ojal de mi abrigo invisible.

Olvido Express


Olvido Express murió una noche de Mayo arrollada por un tren en la estación de Port Bou . La noticia corrió de boca en boca hasta llegar a la frontera más occidental de Ucrania. Allí buscaron el nombre de Olvido en el registro de las ahogadas del cuento de Gogol. El archivo se encontraba abandonado en una cámara oscura en los sótanos de un hangar en el puerto de Sebastopol. Las páginas que verdeaban a causa de la humedad y el hambre del tiempo se habían desprendido de su costura y salieron volando como ángeles de musgo hasta parar en un charco de aceite próximo. Y ya no pudieron ser leídas, ni buscado el nombre de Olvido Express, que antes de caer en las vías de Port bou me dejó el hilo que había cosido la lista de las ahogadas . Ese mismo día me miró para decirme que el tren regresaba vacío.

lo que el traficante de sal contó a Patty Ice


El traductor no estaba. Me dijeron que lo vieron cerca de kenroku y que se fue llorando después de leer los tres versos que encontró en los trescientos pétalos de la flor de kikuzakura. Los he copiado despacio en un saco de sal para que los leas. Yo no soy un hombre de espíritu, pero los restos de sal que siempre llevo en las manos debieron irritarme los ojos, y algunos japoneses contaban en Kanazawa que yo también lloré.



Cuando el viento del oeste agita alto las cortinas y ella se hace más tenue que las flores amarillas,quién no me dice a mí que esto no es desgarrador.*


*poema zu de Li Chingchau, hija de Li Gefei

primer jardín


"Aunque mucha gente bebe té, si no conoces el camino del té, es el té el que te bebe a ti"


Sen no rikyu


Es 20 de Mayo y estoy en Kanazawa. Aquí también, soy el traficante de sal. En el distrito de Higashichaya he visto gehisas andando, cien toques de rímel en cada pestaña. Si estuvo por aquí, el traductor sólo ha podido subirse a uno de los dos árboles de la flor de Kikuzakura , en el jardín kenroku. En la sala de te había dos puertas. Sentado sobre el tatami estuve pensando en la asimetría de la taza que acercaba a mi boca, y me dí cuenta en ese momento , mi relación con Patty Ice también era imperfecta, tan asimétrica como aquellas tazas de té que acercaba a mi boca.Estoy sólo en el jardín , buscando. Con cada cuerpo de aire que ocupo al cuerpo del jardín escucho las voces de los muertos que lo pasearon en el periodo Edo, los restos de las manos metálicas que lo amamantaron, los canales de agua, y bajo la invisible luz cenital , sobre la huella de mis zapatos de ante, veo Kenroku y lo nombro .

El viaje del traficante


El traficante de sal sólo poseía un junco chino. Con él recorrió la costa que separa el puerto de Malaka de kuala Terengganu .Durmió y se despertó durante 46 dias. En ese tiempo se desveló el ruego que le hizo Patty Ice en la puerta del bar junto al perro que mordía el caucho.Quería que buscara al traductor, ¿quería que lo encontrara? En otros tiempos ella le había dejado esconder la sal en el estómago de las ballenas que tenía disecadas en su jardín. Una deuda es sagrada. Además deseaba visitar en Yakarta la tumba de Pramoedya Ananta y leer bajo la sombra El cuarteto de Buru.

mi traductor duerme


Lo que Patty Ice contó al traficante de sal :
Mi traductor duerme y apoyando su cuerpo en el cerezo se ha vuelto corteza su torso y su cabeza verdina y transfuga trae luz y sombra entre las hojas que son ya su frente alejada. Miro sus piernas y brazos ramificados y los brotes agarrados a sus ojos mientras espero que se abran en los dias venideros, cuando esté cargada de cerezas siamesas su escucha inaugurada a los silencios ,del aire y del arbol solos. De los nombres que el filo del sueño ha dejado inscritos en su cuerpo vegetal, para que sean traducidos cuando despierte.

El árbol genealógico de Patty Ice


Patty Ice no es un pájaro. Si lo fuera podría volar y tendría grises plumas , nos besaría con un pico estrecho donde la boca y nos vigilaría desde lo alto, desajustando siempre la altura de sus ojos con nuestros ojos. Muchas veces Patty Ice es un pájaro y otras muchas cree serlo. En ocasiones es sólo un deseo y el ultimo invierno llegó incluso a lanzarse desde la rama más alta del cerezo. Aquel día conoció al traductor que en su tiempo libre vendía jardines zen por catálogo. Llamó a su puerta en el momento en el que su cuerpo aterrizaba como un submarino de plomo en el suelo y tan pronto como lo vió le invitó a pasar y a trepar de nuevo a los arboles . Mientras miraban las níveas hojas del catálogo le explicó su procedencia.

Patty Ice


Un día de sol, y después, un día de lluvia, y después , un día de sol. Meritatón es probablemente el nombre que adoptó Patty Ice cuando la peste bubónica hizo su aparición en los primeros escritos del traductor. En las habitaciones de la cuarta planta dejó grabados algunos de los nombres con los que se hacía llamar. Verdadera de palabra, a las puertas del montacargas que daba a la cocina. Fuerte de piernas , a la entrada de los laboratorios, Señora de apariciones, junto a los baños ,y en casi todos los rincones del jardín, en los bancos de piedra adornados de musgo, La que aparece radiante en Maat.

Patty Ice


Le pidí al traductor que escribiera la historia mientras se la contaba cerca del roble americano que no había crecido. Catorce vueltas al sol fue plantado y abandonado en aquella tierra seca . Apenas alcanzaba la altura de un gato de Murakami. Consideramos una tarea apremiante narrar todo lo que ocurrio de forma breve y concisa. En el psiquiátrico todo eran fondos y paisajes lunares. Las personas allí dejaban un rastro desdibujado de una sombra chinesca sin apenas contraste. Sólo tres imágenes parecían sobresalir del muro picado por el tiempo y la vegetación. Si desviabas la atención del centro de la escena podías ver en lo alto de una loma el esqueleto de un quiosco de música. Y en su interior las tres figuras recortadas. El vocero giraba con un libro en la mano y leía en profundas declamaciones, como si su voz le hubiera sido prestada por Dylan thomas. En un segundo plano estaba el estratega, conocedor de todas las guerrillas . Sus ojos parecían quemados de mirar, pero esto nadie pudo confirmarlo, pues se movía como un auténtico vidente y allí mismo , reclinado sobre el suelo, se le veía concentrado en el dibujo y el estudio de sus mapas. No podemos saber con seguridad a quien pertenecía la tercera imagen. Se trataba ,tal vez, del fantasma de una mujer. No mostraba actividad alguna. pero su inmovilidad presagiaba siempre algún suceso. Podría tratarse de Paty Ice, que acostumbraba aparecer cuando ya nadie la esperaba, o quizás fuera Cherrry, que siempre andaba entre vegetación y silencio. El sol se ha puesto y el roble casi ha desaparecido de nuestra vista. Es ya un bulto tímido en la oscuridad. . Soy el único testigo que queda de aquellos dias inveterados donde la vida del psquiátrico se leía reflejada en la tapia que delimitaba todo el recinto. Si exceptuamos las grandes grietas por donde se cuelan los animales, el resto de la superficie se ha vuelto imprecisa. El traductor no se ha movido de mi lado. No ha dicho una palabra . Aún lo veo mirar al fondo de la tarde.

El traficante de sal


En los tres gatos jugaba todas las tardes al ajedrez, y no era pendenciero ni bebedor . La tenía investigada y ensayaba cada gesto . Miraba la polaroid, se miraba al espejo, y retornaba la vista a la polaroid para comprobar hasta qué punto el parecido.Muchas de las fotografías salían movidas y entonces se colocaba unas lentes de aumento y ejercitaba un rápido movimiento frente a su reflejo. También probó con su sombra. Sólo la silueta, repetida, buscando en las calles un escenario similar . Aunque eso no importaba tanto. Ni las personas que accidentalmente quedaban dentro del marco de la imagen. Era sólo repetirle, era sólo raptarle su cuerpo, en una fugaz representación , imitado y raptado su cuerpo, investigado, como el más oscuro de los secretos.

Valeria


Yo estaba colocado del lado de la ventana, mirando a las vegas nocturnas, perfilado como una sierra roma. En esta postura no pude ver con claridad a mis vecinas, que entraban con más de ochenta años y se iban deseándome suerte. La primera en entrar era de una antigua ciudad romana y tenía los codos encostrados de tanto trabajar. Negros los codos.Valeria se hizo una calza con la talega del pan que encontró en el arcón. Para jugar con las niñas ricas. Y a punto estuvo de morir de asfixia por recortar la pernera demasiado pequeña.Yo miraba por la ventana y Valeria a mi espalda decía que en los ultimos tiempos su difunto marido le repetía que el amor se acaba. Lo repetía mucho en los últimos tiempos. ¿Pero oye?, le espetaba ella, ¿acaso a tí se te acabó el amor?

El traductor


Conocí al traductor subiéndome a los árboles. Antes de traducirme me habló de lo imposible. Me enseñó un árbol que nacía de la roca. Me ayudó a trepar entre las ramas y a elegir las copas más frescas en el verano. Nunca le escuché una comparación. Nunca una metáfora. Parecía trabajar siempre con el descubrimiento de lo único y comenzó a parecerme extraño su oficio .A sus lápices de traductor les quitaba hábilmente la mina y los utilizaba como pequeños catalejos desde lo alto del cerezo. Nunca lo vi escribir. Jamás lo escuché hablar, pero antes de traducirme me habló de lo imposible.

El traficante de sal


Habla de pérfil y se alarma , se asombra , mira las columnas por partes, se rinde al duelo nocturno de 24 horas. Prismático es un porcentaje prestado a la fuerza de la barra. Es traficante de sal y espera . Cerca Patty Ice finge partida en dos idénticas . El perro se quedó fuera olfateándo el caucho, guardando la espalda de su amo, inclinado ahora un poco más. Al borde ya casi de la puerta le reclaman la cuenta. Ofendido se gira y arroja un puñado de sal al suelo. Tengo una cita, murmura a medio labio y sale.

Patty Ice


Patty Ice quiere arreglar el mundo y por eso me busca debajo de las faldas de la mesa camilla. La muy estúpida cree que me escondo para no colaborar y ya le dije que los sábados salgo a nadar , que yo no temo a los tiburones de piscina cubierta. Y en ese punto me quiebra la conversación y se va a vueltas con el esqueleto de los peces, con la raiz de las cosas. Con todas ellas, le digo, tendrás que hacerte con un submarino de cuerpos, que así, a simple vista, el interior no se ve. Paty Ice cree que las selvas de la guerrilla están entre el brócoli y los canónigos. Enfermo con sólo verla bracear a machetazos con el tenedor buscando prisioneros entre las dunas de los quesos frescos. Con la misma alegría con la que acudía a las manifestaciones del 68. Con identica soltura se ajustaba un cinturón para explotar en mitad del desierto. Siempre que la imagino está dentro de una caja de cerillas, guiñándome un ojo, provocándome .

Olvido Express


Olvido Express murió ahogada el mismo día que la vi desatarse los cordones de los zapatos en el aeropuerto nacional de Narita. Yo amaba a Ko, que amaba a Kim, que nació cerca de Javárovdk, en el pueblo de Viatskoe. Toda su vida fue un misterio público, y en nada , y en todo, dejamos de verla. Cuando se escuchó el ultimo aviso de embarque , Olvido Express levantó su cuerpo y con los pies flotando dentro de las zapatillas desabrochadas me tendió la mano y me dió los cordones, con la vista siempre al frente, y murmurando para sí, para todos, , "e por si muove" , se perdió por el pasillo de la puerta 24.

Cherry


Cherry es una mentirosa, dice que nació en una caravana, cerca de Chicago y celebra todos los terceros lunes de febrero el día del presidente. La encontré en uno de los pasillos arbolados del botánico, sentada en un banco de piedra, inclinada sobre un libro.Los forraba todos con geométricos papeles de regalo . Preguntarse sobre qué estan leyendo los otros , decía, es como pasar la noche al raso en un puesto fronterizo.Aquel día me habló por vez primera. No existe confusión posible,me dijo mirándome a los ojos, el Solanum pseudocapsicum no es comestible, el Lycopersicon pimpinellifolium sí, .No quisiera perder el olfato, aquel día me empujó contra el muro caliente de agosto. Estábamos locos, cuando el dulce olor del Lycopersicon penetró en mi cabeza para quedarse para siempre junto a su cuerpo desnudo .