viernes, 30 de octubre de 2009

El traductor


Conocí al traductor subiéndome a los árboles. Antes de traducirme me habló de lo imposible. Me enseñó un árbol que nacía de la roca. Me ayudó a trepar entre las ramas y a elegir las copas más frescas en el verano. Nunca le escuché una comparación. Nunca una metáfora. Parecía trabajar siempre con el descubrimiento de lo único y comenzó a parecerme extraño su oficio .A sus lápices de traductor les quitaba hábilmente la mina y los utilizaba como pequeños catalejos desde lo alto del cerezo. Nunca lo vi escribir. Jamás lo escuché hablar, pero antes de traducirme me habló de lo imposible.

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