viernes, 30 de octubre de 2009

Valeria


El cuerpo se ha abierto por donde no debiera, me cuenta Valeria observando mi perfil de colina , esas mismas que asoman por la ventana , desde siempre. El cuerpo se ha abierto, me dice Valeria , y es por ahí por donde se escapa la vida. Cuando era niña Valeria vió una película de la metro de los años treinta. Pensó entonces que veía el mundo a color porque no había alcanzado el mágico estatus de los adultos, Aquel en el que flotaban las muselinas en los balcones abiertos al verano , de balaustradas lunares ahuyentando la oscuridad de la noche, los mármoles con sonido a claqué, la vida explotando en pequeños cristales en los salones, y los adultos.., esas mujeres de luz nacidas de los velos , las ondas perfectas sobre las frentes blancas, y los hombres.., tan príncipes…Valeria me dijo estar convencida de que al llegar a su mayoría de edad despertaría una mañana y vería el mundo en blanco y negro. Que habría entonces ganado el derecho a ver ese secreto paraíso que entonces tenía vetado y se le anunciaba en una pantalla, como una promesa fechada. Cuando seas mayor…El mundo es a color, le dijo un día a su marido, el mundo se ha abierto por donde no debiera y es por ahí por donde se escapa la vida.

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