sábado, 7 de noviembre de 2009

segundo jardín




Escrito a lápiz sobre el muro:



«Mi casa tiene alas y, a veces, en la profundidad de la noche, canta».



Edward James


Estaban sentados en las sillas del jardín después de que la nevada llegara en forma de plaga y les cegara . Después de que se helara la última orquidea salvaje. Después de que emigraran las aves cuando fueron abiertas las jaulas. El traficante de sal hablaba con el último descendiente del rey y trataba de averiguar el paradero del traductor. Fue visto subiendo las escaleras que iban a ninguna parte. Traspasando los umbrales de puertas dobles al vacio. Persiguiendo las mariposas que habían cubierto el cuerpo de Edward James durante el sueño.






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