martes, 26 de enero de 2010

Valeria

Una montaña dentro de una habitación. Una montaña antigua que ha perdido el filo de sus cumbres. El monitor de la televisión despide un alud de neón, la sombra, el día, la casa, el aire, el habla, las carreteras secundarias, otros, la azotea, entran por el hueco de la caja y vuelven a irse, se desvanecen entre millones de puntos grises succionados desde el perímetro de la caja, siempre encendida, la máquina que produce y produce y produce , algo que quiere parecerse a la vida . Pero esta noche Valeria sueña que una mariposa aparece. Su propia voz, que descendía desde lo alto de la montaña, desde el perfil desgastado, una voz milenaria , dice mariposa, y se despierta, y la pantalla del televisor golpea de forma intermitente, todavía, la pared, la mesita de noche, la lámpara encendida, el suelo, la cara norte de la montaña , se apaga y enciende con la luz azul , entra en el cuarto de la montaña y enseña una maqueta mecánica de la esclavitud . Sale, y regresa con el ritmo de un parpadeo. Erosiona el interior de la habitación en el tiempo y el pequeño espasmo con el que una mariposa abre y cierra sus alas.Valeria recibe la presencia de la montaña en la habitación con absoluta indiferencia.

lunes, 25 de enero de 2010

Olvido Express


Olvido Express murió cuando bajaba desnuda una escalera. Casi al mismo tiempo, encaramada a una escalera de tijera , Lidia Delectorskaya borraba una pintura de Matisse y Leger imaginaba un mundo deshumanizado, hombres con voluntad robótica que bajan la escalera en la ciudad , atrapados por el sonido de dieciseís pianolas, dos pianos, tres xilófonos, siete campanas eléctricas, tres hélices, una sirena y un tam-tam. Más allá, un hombre subía una escalera bajo la atenta mirada del centurión en la crucifixión de Picasso . Y en el ocaso de esa tarde, en los fríos peldaños de la escalera rusa, los desolados personajes en escorzo en las fotografías de Rodchenko. Bajo el destello de la guerra y la feria,dormido, el doctor Caligari, entre el tumulto del espíritu de la época y el desolado abandono de los callejones, atraviesa en sueños escaleras imposibles, iluminadas débilmente desde varios focos de luna . En la escalera de Odesa se precipitaba el futuro que abría el abandono de las manos de una madre muerta.Pero antes de cerrar los ojos, Olvido Express me miró y como un canto al oído me susurró unos versos de Bretón:... La escalera se ramifica indefinidamente
Conduce a una puerta de haces de heno se abre de pronto sobre
una plaza pública
Hecha de dorsos de cisnes una ala abierta para el pasamano
Gira sobre sí misma como si fuera a morderse
Pero se contenta con abrir bajo nuestros pasos todos sus escalones
como gavetas
Gavetas de pan gavetas de vino gavetas de jabón gavetas de espejos gavetas de escaleras...


domingo, 24 de enero de 2010

lo que Patty Ice contó al traficante de sal

Creo que mi traductor ha salido de los jardines y se ha subido a las torres. Algunas veces lo descubría en la copa de los árboles y me decía que observaba el troquelado con que la luz delimita las fachadas al anochecer. Detrás de cada rectángulo iridiscente se ocultaba un posible escrito, aún mudo y encriptado, al resguardo de la luz en la oscuridad. Pronto los umbrales eléctricos de las casas de la avenida le parecieron fragmentos que debían ser completados, a lo largo del pais, a través de los neones en las autopistas, alcanzando los suburbios y reptando por los rascacielos nocturnos. Desde lo alto de las torres los veía despertar a la noche, bombilla a bombilla, luz a luz, como prehistoria de los anónimos.

domingo, 17 de enero de 2010

Patty Ice y Larie Lake


Patty Ice quiere arreglar el mundo. Camina pegando su cuerpo a las paredes porque teme caer al vacio. Cuando mira la retícula que el suelo dibuja ve un abismo . A veces sueña con el desembarco de su imagen interior tocando la tierra firme. Levantarse insecto y con la primera visión de la techumbre recomponer las coordenadas de un continente que se intuye ajeno. Incorporarse y mirar , pero primero, buscarse un nombre. Cherry, Olvido Express, Valeria. Buscarse órganos y sangre. Buscarse la memoria. Antes de poner el pie en el plano huidizo del día, del mes, del año, de la hora , buscarse en la pantalla gelatinosa que como larva despierta.
Sé que estoy en una cápsula, le dijo Patty Ice a Larie Lake.
Larie Lake le enseña entonces a Patty Ice a mantener el equilibrio sobre las olas.

martes, 12 de enero de 2010

Cherry




Cherry es una mentirosa, dice que fue la única puta que habitó en un rancho perdido en el Valle de Amargosa , en Nevada. Cuenta que tenía un cliente, un fabricante de jabón, que provenía de los lagos. Cherry siempre sospechó que lo que realmente hacía con el bórax era adulterar heroína. Lo olfateaba como si fuera una presa muerta , buscando el suave olor del jabón. Las horas paseaban silenciosas entre los cactus y los chaparros que rodeaban la casa, entre una nube de polvo que se alejaba en la carretera y volaba sobre un cedro negro. Cherry dice que casi todos los días se sentaba frente a su viejo televisor para ver Zabriskie Point , la película de Antonioni que dejó olvidada un falso descendiente del zar Nicolas II y que le confesó entre sollozos que nació y vivió toda su vida en Fresno, pero que su corazón fue siempre una blanca y fría estepa rusa. Cherry habla de su recuerdo más vivo de aquellos años , el color rosa chicle de la fachada, un rectángulo de fresa en el desierto golpeado contra el cobalto.

miércoles, 6 de enero de 2010

el viaje del traficante

Y entonces veo que el maletín que traía ella era uno de esos gramófonos pequeños. No había duda, cerrado y todo era tan bonito como un cuadro, y cada vez que nos llegara un disco nuevo por correo y nos reuniéramos en casa a oírlo en invierno, pensaría que era una pena que Darl no lo disfrutara también. pero para él es mejor así. Este mundo no es su mundo; esta vida no es su vida.
WILLIAM FAULKNER, Mientras agonizo


El traficante de sal ha perdido el barco en las montañas y tiene que financiar el viaje para poder continuar con la búsqueda. Ha traído una maleta que lleva a todas partes. Cuando la abre , después de un estudiado ritual , todos callan a su alrededor. Los de las últimas filas, que apenas alcanzan a ver su cabeza, especulan sobre el valor de la mercancia. Esto es tanto más extraño si tenemos en cuenta que nadie ha podido verla. El traficante de sal ha puesto a la venta los sueños de occidente. Una turba lo rodea. La confusión se adueña del cuerpo de hombres y mujeres en la sala. Una niña corre en círculos y anuda y desata compulsivamente los lazos de sus trenzas. Un sonido lacónico surge desde el interior del malatín. Todos parecen inquietos y no se hacen preguntas. Esto es lo más inquietante.