domingo, 20 de junio de 2010

Patty Ice y Larie Lake



Querida Larie,
el psiquiátrico no es un lugar tan malo. Tenemos un jardín abandonado y el estratega, un interno que vino de la guerra, me proporciona mapas para mirar. En lo alto de la colina hay un quiosco de música donde se puede bailar al caer la tarde si no te ve nadie. Casi todos los años recibo noticias del traficante de sal donde me cuenta sus progresos en la búsqueda de mi traductor. Dibujo barcos encallados en las montañas . Han aparecido lápices en mis bolsillos y pienso que este pueda ser el lugar donde se almacenan las señales mudas de su escritura .

Querida Patty,
el psiquiátrico es un lugar extraño. Todos llevan el pelo desordenado y aunque no se salen del camino que marca la tierra junto a la vegetación les veo caminar en una suerte de rumbo amotinado. Me acuerdo de las olas y del vértigo buscando cosas azules en el jardín. Tengo un tapón y un trozo de tela y esta misma mañana encontré un hilo. También me llaman el resto de las cosas porque no son azules. Los nombres que toman las cosas que descarto y no guardo en los bolsillos .

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