No podría darte un sólo nombre de los muchos que guarda en su apariencia siempre en viaje. Mi traductor duerme, y en sus sueños un fuerte viento del sur se lleva las palabras. Una vez en Kenroku terminaba abril y cayó una flor de kikuzakura. El se guardó el lápiz con el que había abandonado la traducción y en voz baja comenzó a describir la flor. Cuando hubo dado nombre a los trescientos pétalos enmudeció.
Gacela de la muerte oscura
Hace 5 días
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