viernes, 26 de febrero de 2010

Olvido Express


Olvido Express murió atrapada en una cadena de montaje. A las cinco sonó el despertador conectado a la radio: Eleanor Rigby . Olvidó Express se giró y miró durante diez minutos el papel pintado de la pared: el ladrón de fresas , un ruiseñor común sobre un fondo oscuro iluminado por la vegetación del jardín se multiplica hasta el infinito.Un ruiseñor perdido en una pared nazarí.Desayunó en la cocina y antes de darse una ducha recogió las migas que habían caído en el banco.Quedaba poco champú , si se acordaba a la vuelta preguntaría en la tienda del barrio por uno con perfume de coco que había visto anunciado en televisión. Repasó el fondo de los bolsillos de la gabardina para asegurarse que llevaba las llaves del coche y de la casa. Tocó el botón que nunca recordaba coser. Bajó por la escalera porque el ascensor estaba ocupado , Ya era tarde.Tuvo suerte. Casi todos los semáforos estaban en verde. Dejó el coche a las seis y veinticinco en el aparcamiento de la fábrica junto a la puerta cuatro. La cinta transportadora se llevó a Olvido Express antes del almuerzo, cuando quedó enganchada con el pañuelo de flores que llevaba atado al cuello . Pero antes de perderse entre las máquinas me miró y me dijo que a las cuatro tenía que sacar a pasear un perro.

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