cuarto jardín
En el futuro, las torres serán un jardín. Desde su verde atalaya los hombres otearan los desiertos de los tártaros. Nadie vendrá. La ciudad se levantará como un colosal nenúfar púrpura sobre las aguas . La escritura y la palabra se habrán extinguido y sólo quedarán restos fosilizados en los fondos oceánicos. Y aunque los hombres habrán olvidado la voz de los nombres y el trazo revelador de su signo, continuarán a la escucha . Y oirán el rumor de los vientos alisios, y el azote de las hojas en las ventanas, creerán percibir el golpe seco de los cascos de los caballos levantando la arena en el desierto. A sus oídos llegará un día en las frondosas azoteas flotantes un canto de sirena ascendiendo sobre la linfa , lo más parecido a un sonido arcaico que guardan en la memoria de sus ordenadores, un sonido que anhelan y temen mientras permanecen a la espera. Allí todos serán traductores.
Maldita sea, cómo me gusta este lugar.
ResponderEliminarCada vez más.
Mencanta, joder.
¡Mencanta!